La idea de
salir del propio cuerpo y verse desde el techo se asocia con los fenómenos
paranormales que tanto entretienen a los espectadores de los programas de
misterio. El fenómeno, en cambio, se produce en un área muy específica del
cerebro y es bien conocido por los neurocientíficos. La clave está en una zona
del hemisferio derecho conocida como circunvolución angular que, al ser
estimulada, o sufrir un daño, cambia radicalmente la perspectiva visual del
individuo.
En diciembre de 2000, por ejemplo, el doctor Olaf Blanke, del Hospital Universitario de Ginebra, operaba de epilepsia a una mujer de 43 años cuando ésta comunicó a los doctores que les estaba viendo desde arriba. “Estoy en el techo”, les dijo, “estoy mirando hacia abajo, a mis piernas. Les veo a los tres”.
Increíble, es como si Dios quisiera que vaya al cielo pero que al final no puede.
ResponderEliminar