Una
investigación de la Estación Experimental de Zonas Áridas ha demostrado por
primera vez que un ave, el carbonero común, huele cuándo un árbol está infectado
por orugas.
Investigadores de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) y del Centro de Ecología Terrestre (NIOO) de los Paises Bajos han descubierto que las aves que se alimentan de insectos se sienten atraídas por los árboles infectados por orugas de mariposa (lepidópteras) y el mecanismo responsable de este comportamiento.
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