Josep Maria Bartomeu ya es un precandidato más a la presidencia del Barça.Le pasó el poder a Ramon Adell, presidente de la
Gestora. Pero en las últimas horas frenéticas de su mandato, ‘Barto’ ha logrado su particular Triplete, su Champions (renovar a Luis Enrique), su Liga (que Dani Alves se quede) y su Copa (el acuerdo millonario con Qatar que debe ser refrendado). Ha sido una traca final a su mandato, forzado por el adiós precipitado de Sandro Rosell.
No ha sido fácil el período de tiempo en que ‘Barto’ ha ocupado la presidencia. Han sido tiempos duros en que ha debido apagar fuegos y tomar decisiones. No le ha temblado el pulso. Cesó a Andoni Zubizarreta por no haber evitado el serio conflicto surgido en el vestuario entre Lucho y no sólo Leo Messi, sino también varios pesos pesados más. Su papel de bombero fue vital para el curso que tomó luego el Barça en el resto de la Liga hasta finalizar con Xavi Hernández levantando la Champions
en el Olympiastadion de Berlín.
Y, sobre todo, con un pacto técnico-jugadores que acabó con el Triplete y Lucho manteado por sus hombres. También con un entrenador que abrió más su forma rígida de llevar las cosas y hasta cambió notablemente la forma de juego del equipo, encontrando la fórmula mágica de aunar efectividad con espectáculo y títulos.
Bartomeu se deshizo de un hombre de confianza de Sandro Rosell que se había convertido en plenipotenciario en el club como era el director general Antoni Rossich. T
ambién se cargó a Emili Sabadell, su prolongación en el vestuario y devolvió a su sitio natural a personas como Carlos Naval o Pepe Costa.
Nadie puede negar que Josep Maria Bartomeu ha sabido ejercer de presidente. Ha ‘cortado cabezas’ que nadie creía, ha tenido constancia para hacer cara al malintencionado pleito del ‘caso Neymar’, ha luchado con el castigo de la FIFA y ha reconstruido muchos puentes en diversos ámbitos federativos, de UEFA y FIFA. Antes de dimitir ha sido reelegido miembro de la Comisión de Estrategia de la ECA (Asociación Europea de Clubs). Finalmente ha existido una clara aproximación a partidos políticos catalanes importantes y a sus dirigentes.
Lo único que queda ahora en el aire es hasta que punto ha cedido en la renovación de Luis Enrique. El buen técnico asturiano es especial y ha mantenido fuerte su ‘farol’ en la partida que sostuvo con el presidente. No sólo ha existido una mejora económica. Lucho ha querido blindarse en su función ante los cracks y resto del club. El nombramiento del nuevo director técnico es la mejor prueba de ello. Quería a un nuevo ‘Zubi’ como paraguas y socio en su
gestión deportiva.
El fichaje de Aleix Vidal ha sido bendecido y potenciado por el entrenador asturiano pero quien lo recomendó e hizo las primeras aproximaciones fue ya ese ‘DT’ , cuyo nombre guarda Barto como una de sus bazas electorales. Aunque ya ejerce en la sombra. La Comisión Deportiva ha pasado a mejor vida. Luis Enrique ha logrado que Alves y Pedro sigan (todo el mundo lo quería, eso sí). Aunque no se entiende que no hayan dado el paso definitivo con Paul Pogba, el jugador cuyo nombre propuso por primera vez el propio Luis Enrique y que Ariedo Braida tiene controlado.
Ahora le tocará al socio decidir en las urnas sobre la continuidad de Josep Maria Bartomeu y su nuevo grupo directivo en el que habrá sorpresas entre sus componentes. Delante suyo, si logran las firmas necesarias, estarán Toni Freixa, ex directivo del
Barça que quiere probar en solitario, Agustí Benedito, Jordi Majó y Jordi Farré, que han declarado su intención de ser precandidatos. Aunque el gran duelo debe ser con Joan Laporta si, finalmente como parece, entra en la arena electoral para tratar de recuperar la presidencia del FC Barcelona. En todo caso, ese escenario, si todos superan el corte de las firmas, favorecería a Barto al estar dividido el voto entre tantos candidatos.
La campaña electoral va a ser apasionante. El problema es que ya se ha visto que no será un camino de rosas. Hay demasiadas diferencias entre unos y otros, viejas cuitas, que, seguro, afloraran, más cuando ya hay gente afilando los cuchillos con ánimo de revancha. Malo.
Ahora, que nadie olvide, que quien vota y decide es el socio. Es la gran fortuna del Barça, que Dios quiera que siga muchos años, de que no hay millonarios propietarios ni ‘Florentinos’ que blinden la presidencia. Cada socio azulgrana tiene un voto y el poder de decidir. Que voten en libertad. Y cómo le dijo Evarist Murtra a Pep Guardiola y repitió ayer Josep Maria Bartomeu, que cuando tomen esa decisión, la acción final de introducir la papeleta de voto, piensen que es lo mejor para el club azulgrana. El Barça está por encima de las personas, que nadie lo olvide.
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